En la primera mitad del 2010 se colocaron en el Perú más de una docena de autos con precios por encima de US$ 150.000. La confianza en la economía está dinamizando el segmento de vehículos de lujo con cifras de venta sin precedentes.
Pacientemente, al ritmo del crecimiento económico, el Perú va convirtiéndose en una plaza atractiva para las marcas de vehículos de lujo. Si durante todo el 2009 se vendieron unas 1.200 unidades, entre enero y julio de este año ya se había colocado 908, con lo que es fácil adivinar que la cifra anualizada será un récord para el segmento. Hoy, por lo pronto, ya no es tan raro escuchar en las calles de Lima la explosión de 300 caballos de fuerza y el ruido casi sinfónico de un motor que alcanza los 100 kilómetros por hora en fracciones de segundo.
“Vemos que esto viene muy fuerte”, dice Gonzalo Flechelle, gerente de marca de la alemana Porsche. Nos pone como ejemplo que en el subsegmento de autos deportivos, aquellos juguetes que cotizan por encima de US$ 100.000 y que te obligan a girar el cuello cuando cruzan la pista, la evolución en ventas de su marca ha ido en ascenso, desde alguno que otro “que se colocaba por gravedad” en el 2005 (año en que tomó la representación) a 10 unidades en los años siguientes y a más de 20 en la actualidad. En todos sus modelos, espera cerrar el año con 75 autos vendidos.
Con igual optimismo se expresa Bernd Grahammer, gerente de negocios de Volvo y Land Rover, quien proyecta un salto anual de 100 a 180 unidades en la primera de las marcas, y de 46 a 100 en la segunda. “Probablemente sea uno de los crecimientos más altos del segmento lujo”, afirma. Por su parte, Mercedes Benz, según su jefe de producto Gregorio Volta, espera cerrar el año en curso con otro gran incremento de 40%.
Es cierto que todavía estamos lejos de las ligas medianas de la región, como son Argentina, con 7.000 unidades de lujo el 2009; Chile, con 5.200; y Colombia, con 4.317, sin hablar de México o Brasil. Pero nuestro motor de ventas avanza alentado por un incremento importante del poder adquisitivo de la población, un nivel de confianza del consumidor en su tope y las mayores facilidades brindadas por el sistema financiero.
La idea del lujo automotor en nuestro país, encarnada durante mucho tiempo por los devaneos de un Jaguar, muestra hoy una cara mucho más interesante. En nuestro mercado compiten siete marcas en este segmento, con representación completa y salas de exhibición: Mercedes Benz (importada por Divemotor), Audi y Porsche (Euromotors), BMW (Inchcape), Volvo y Land Rover (Gildemeister) y Alfa Romeo (Italmotors, que también administra a pedido Ferrari y Maserati).
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