Cuando intentamos traducir un texto al chino nos quejamos de lo dificil que son sus signos. Seguramente nunca hemos pensado que los chinos (o japoneses) pueden tener el mismo problema.
O si no, que se lo digan al dueño de este restaurante chino que quizá quiso traducir el nombre de su negocio a un idioma occidental (por aquello de que lo que tiene pinta de extranjero siempre llama más la atención y vende más), metió el nombre en un traductor de Internet y vio a aparecer las palabras que estás viendo sin darse cuenta de que en lugar de “La guarida del dragón hambriento” pone “Error de traducción”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario